En España podemos disfrutar de diferentes tipos de vinos, algunos, los mejores vinos del mundo. Popularmente los catalogamos en tintos, rosados y blancos, y cada uno es conocido por combinar con determinados platos y sabores. También se suelen agrupar según la denominación de origen y el envejecimiento.
Si le interesa el universo vinícola, seguramente haya oído debatir sobre si es mejor un vino de Crianza o un vino de Reserva. Para saber si un vino es mejor debe tenerse en cuenta el tiempo que ha pasado el vino en la barrica de madera y en la botella antes de ser consumido.
Se estará preguntando cuál debe comprar para deleitar su paladar y el de sus comensales. Si bien es cierto que, en parte, influyen gustos personales, preferencias y elementos subjetivos, hay características objetivas que determinan la calidad de un vino. En Cosmevins le aclararemos cuál es el elemento principal de un buen vino.
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Vinos Crianza o Reserva, ¿Cuál elegir?
Vino joven
Antes de hablar de estas dos clases de vinos, es necesario aclarar qué es el vino joven. Es un tipo de vino común, elaborado para comercializarse ese mismo año. No es almacenado en barricas de madera ni se espera envejecimiento; se embotella para un consumo casi inmediato.
Se dan casos en los que el vino joven sí es almacenado en barricas para que envejezca, pero pasa menos tiempo que un Crianza o Reserva. Por tanto, suele ser más afrutado, tiene menos cuerpo y es menos intenso. Es el vino ideal para aquellos que no sienten pasión por el vino.
Dicho esto, empecemos a comparar las cualidades de los dos vinos principales.
Vinos de Crianza
Los vinos de Crianza pasan por un proceso de envejecimiento bastante largo pero menor que los vinos de Reserva. Suele durar unos 2 años; de los cuales 6 meses mínimo deben estar almacenados en madera. estar almacenados. Hay excepciones como las denominaciones de origen Rioja y Ribera del Duero, que no cumplen con este proceso a rajatabla. A los tres años un vino de Crianza está listo para ser comercializado.
En el caso de los vinos blancos y rosados, se clasifican como Crianza los que envejecen en bodega por un lapso de 18 meses y, pasan al menos seis meses en barricas de madera. Por lo general, estos vinos se empiezan a vender a partir de los dos años. Como observa, el tiempo de fermentación de los vinos blancos y rosados es menor que el de los tintos.
Pero ¿por qué el vino se debe almacenar en barrica? Se hace para mejorar sus cualidades aromáticas, estabilizar su color y aligerar la astringencia. Es decir, conseguir un resultado excelente. De hecho, almacenarlos por un periodo largo provoca que las impurezas se concentren en el fondo de la barrica.
Como imaginarás, las cualidades del vinodependen del tiempo de maduración al que son sometidos. De manera que de este factor determina su equilibrio, color y la calidad del sabor.
Vinos de Reserva
Los vinos de Reserva presumen de una calidad superior a los Crianza gracias a un proceso de maduración más largo. Por lo tanto, aquel famoso refrán que reza: “El vino, entre más viejo, mejor”, se aplica en este caso.
Por normal general, los Reserva son sometidos a un mínimo de 36 meses de envejecimiento, de los cuales 12 son en barricas de madera. A partir de los cuatros años se comercializan.
Si hablamos de los vinos blancos y rosados, el tiempo de fermentación es menor. Mínimo, 18 meses; con seis meses en barricas y 12 más en la bodega. Se comercializan a partir del tercer año.
Si quiere ir un paso más allá, la denominación Gran Reserva es la mayor calidad de todas. Corresponde a un último periodo de envejecimiento que se reserva para las mejores cosechas. Por esta razón, son los vinos más exquisitos, dando a que se hace una selección de las mejores uvas de cada cosecha. Además, cuentan con al menos cinco años de maduración, con 18 meses dentro de barricas de madera, lo que sumará mejores matices al sabor y al cuerpo final de la bebida, que se comercializará a partir del sexto año.
Conclusión
La diferencia de calidad entre un vino de crianza o de reserva reside en el tiempo de envejecimiento. En el caso de los tintos blancos y rosados de cada denominación, el tiempo es menor a los tintos.
Está claro: los vinos Reserva son de mayor calidad que los de Crianza.
El proceso es clave para conseguir sabores más exquisitos, pero también garantiza una durabilidad más prolongada. Por ejemplo, los de Crianza son capaces de durar en perfecto estado entre 5 a 8 años, mientras que los Reserva y Gran Reserva pueden pasar más años sin dañarse, aunque todo dependerá de las técnicas aplicadas en su elaboración.
En definitiva, elegir entre un vino de Crianza o de Reserva no es muy difícil si estás buscando una calidad que enamore a tu paladar. ¡Ya lo sabes!, los vinos Gran Reserva no tienen comparación.